sábado, 29 de enero de 2011

bondi a finisterre

Otra vez me colgué en el bondi mirando a la chica de pelo corto. Otra vez sentí la culpa atragantada en la garganta. Que bronca, por dios. Me bajé en la parada, otra vez. Para a la semana siguiente volvérmela a cruzar, y saber que nunca, nunca más, la iba a poder mirar.

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